21 febrero 2010

Baby beige

He de confesar que uno de mis mayores defectos es la indecisión. Cuando no tengo algo nada claro, ya sea en mi vida personal o simplemente a la hora de decidir entre una prenda de ropa u otra en una tienda, puedo llegar a ser de lo peor. En el primer caso, sé que se debe al miedo de dar un paso en mi vida, equivocarme y no poder volver atrás.

Sin embargo, el segundo caso es a parte, no tan grave (¿o sí?), incluso a veces cómico, y está influenciado por varios factores. El primer de ellos es el factor económico. Muchas veces voy a una tienda a comprarme alguna prenda y me apetece comprarme algo que veo y que realmente me gusta, pero después miro la etiqueta y... zasca! Se me sale de presupuesto. Entonces voy a ver otras prendas y pienso que por el precio de la primera camiseta (por poner un ejemplo) puedo comprarme tres camisetas que a lo mejor no me gustan tanto, pero al fin y al cabo son tres camisetas. Es en ese momento cuando tengo que decidir si quedarme con una que tanto me gusta o por el mismo precio suplir mis necesidades de camisetas para un tiempo, ché, qué difícil (si yo fuera rica, tinoninoninoná).

Otras veces simplemente necesito algo, voy a una tienda y no me apaña nada. El caso es que necesito una mochila para la universidad porque tengo una que solo me cuelgo de un hombro y últimamente me paso las semanas enteras allí. La consecuencia de llevar carpeta, portátil, botella de agua etc, etc. es un deslomamiento importante. No me gustan mucho las mochilas de espalda que siempre hemos venido usando para el colegio, pero la necesito y últimamente he visto que Decathlon tiene buenas opciones.

Pues bien, ayer decidí visitar Decathlon que ahora tiene las mochilas estas que son reversibles... pero no me acababan de convencer las que habían allí, así que me fui a ver el resto de mochilas. Tras sopesarlo una y otra vez elegí una que por dentro tenía varios compartimentos, un forrito térmico e incluso una especie de termo para bebida (oye, me vendría bien tanto para la universidad como para una acampada). También cogí un saco de dormir que siempre viene bien tenerlo para las acampadas y demás viajes y que creí que valía 15 euros.

Vale, todo bien hasta ahí, hasta que llegué a caja y me dijo: 65 euros. Y yo: LOL. Bueno, pagué con la tarjeta y me fui a casa. Vi que la cartera costaba 40 euros y el saco 25 (que ya podrían marcar mejor los precios en las etiquetas). Cuando me puse a revisar mejor la mochila resulta que me compré una que es de "Mamá Montañera" y que ese termo que yo vi es para llevar el biberón calentito a la montaña. También tiene otra especie de termo para meter comida... pero es que para rematar tiene una especie de tela (no sé como llamarlo) con una formadeterminada para poner el bebé encima en el camping y cambiarle los pañales.

Toma, qué ojo tengo. Media hora indecisa para nada. Que me la podría quedar, sí, pero ahora estoy viendo la página web y hay muchas mochilas reversibles que me parecen chulas, y además no tengo planes a corto plazo de tener un hijo xD Además he pensado que pronto y si todo sale bien, me iré de viaje en plan mochilero, por lo que me vendría genial una reversible. En fines, cuando pueda iré para que me devuelvan el dinero y poder comprarme otra por la página.

Moraleja: no voy a pensarme tanto las cosas antes de hacerlas, al final siempre acabo cagándola xD

P.D: Esto me recuerda otras veces que he ido a comprarme zapatos y me he acabado trayendo dos de distinto número y del mismo pie, jajaja. Soy lo peor, nunca vengáis conmigo de compras (o traed una pastillita para los nervios).

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