08 octubre 2010

Cazorla, qué hermosa eres

Ya tenía ganas de hacer una escapadita como la del fin de semana pasado. El viernes por la tarde me fui junto a tres de mis amigas hacia Jaén, concretamente a Pozo Alcón, el pueblo del padre de Amanda, donde tienen una casita familiar. Creo que faltó poco para que nos recibieran así...

Nada más llegar exploramos la casa. Era una típica casa de pueblo con 3 plantas y escalera de caracol interminable, donde por la noche te cagas de miedo al escuchar ruidos extraños, y si no que nos lo digan a nosotras. También fuimos a comprar víveres para el fin de semana.

Cuando acabamos fuimos a visitar a la tía María, que quería recluirnos en su casa contándonos acerca de todas sus actividades de jubilada (qué marcha lleva encima) y después a cenar a un bar que creo recordar que se llamaba bar Fausto, donde caña y tapa (o tinto y tapa, en su defecto) estaban por 1,20 aprox. Lo único que no me gustó de allí fue la careta de cerdo.

Después fuimos a echar un billar y a la supuesta discoteca del pueblo, de la que salimos escopetás porque nada más que había 4 hombres. Así que seguimos la fiesta en casa hasta que empezamos a escuchar ruidos raros y salimos con un palo a ver qué pasaba. Era el viento, oh my god.

A la mañana siguiente salimos a la montaña (sierra de Cazorla), sobre todo a la zona del río Guadalentín (si no recuerdo mal su nombre, aunque puede que me equivoque) donde había un pequeño bosque de álamos. Es un paraje muy bonito, con muchas zonas donde se ralentiza el río y donde te puedes bañar, aunque en octubre no es una muy buena idea...


¿Jacob?




Nos acompañó gran parte del viaje un lindo gatito, del que me hice amiga y al que alimenté con patatas campesinas. Después descubrí que solo me quería por las patatas, ADV.


También nos sorprendió una cabra extraviada a la que el gato acechaba con ganas de hincarle el diente en la pata.



Casi morimos subiendo la montaña a las 4 de la tarde para volver a dónde habíamos dejado el coche, qué manera de sudar.

Cuando llegamos a casa nos duchamos, preparamos una pequeña merienda y nos pusimos a ver una película "de amor" (como dice Amanda). Volvimos a cenar al bar del día anterior, pero decidimos montarnos la fiesta en casa (fiesta pijamera). Hicimos un intento de jugar al party que se dejaron los inquilinos de mi antigua casa, pero es un party para gente muy culta (o nosotras que somos muy zopencas...). Celebramos nuestra Nochevieja particular, ya que teníamos un campanario al lado donde cada 15 minutos tocaban las campanas. Así que medio disfrazadas, mojito en mano y con 12 pelotazos salimos a la calle. El vídeo no tiene desperdicio. Finalmente nos acostamos y antes de dormirnos solucionamos el hambre en el mundo.


Al día siguiente nos preparamos los bocadillos para ir a Cazorla again. La zona por la que estuvimos me gustó mucho más. Veíamos de fondo el pantano de La Bolera y seguimos todo el rato por un sendero al lado del río, hasta que no pudimos caminar más porque nos mojábamos
.




Comimos aquí.

Después de comer volvimos a por las maletas y pusimos rumbo a Elche. Me lo pasé muy bien, la verdad es que me apetecía desconectar un poco e ir a un lugar como Cazorla, donde pudiera disfrutar de la naturaleza. Os la recomiendo.

1 comentario:

marisol - casas en venta dijo...

vaya que hermosas fotos... me gustaron mcuho... espero algun dia poder ir hasta alla..