04 octubre 2009

Ay los monetes!

Os presento a los Bonobos (también llamados chimpancés enanos), unos primates primos hermanos de los chimpancés, aunque con un comportamiento social bastante diferente.


Foto de David Eppstein

En el caso de los chimpancés, el macho tiene poder sobre las hembras y éstas deben esperar su turno a la hora de alimentarse. Por contra, en las poblaciones de bonobos, las hembras son las que llevan la voz cantante, y sin ofender, digamos que los machos tienen como único papel el de perpetuar la especie...

En la sociedad de los bonobos, si existe algún tipo de conflicto, éste no es resuelto con la guerra, sino con sexo. Es más, cualquier estado de ánimo, noticia, propósito, etc., es manifestado mediante el sexo. Digamos que cumplen al dedillo aquello de "Haz el amor y no la guerra".

Sin embargo, muchos de vosotros podríais estar pensando ahora mismo que si llevan a cabo este acto tan a menudo, la población de primates posiblemente se dispararía. Así que, he de hacer una aclaración: este tipo de hábito sexual se da entre individuos del mismo sexo (especialmente entre hembras).



Imaginad que una hembra de la especie encuentra una nueva fuente de alimento. Entonces, regresa a la población para comunicarlo, y el resto de las hembras responden mediante una serie de frotamientos en los genitales. Los machos, que tienen un papel secundario en la reproducción, al ver a las hembras en este comportamiento, deciden imitarlas (si éstas no les dejan acercarse, algo tendrán que hacer, oye). Tras finalizar con esta práctica, las parejas de hembras se desplazan para acceder al nuevo recurso y celebran de nuevo el haberlo encontrado... Una perpetua bacanal, vaya. Después se alimentan sin dejar a los machos que se acerquen al alimento, éstos deben aguardar su turno.

Los machos únicamente pueden tener acceso a las hembras cuando éstas están entretenidas alimentándose. De este modo, la cópula se lleva a cabo mientras las hembras se alimentan, sin resultar molestadas (su vagina no se halla en la misma disposición que la de las mujeres, y es más accesible). Una vez que las hembras se encuentran saciadas, deciden abandonar el recurso y en este momento es cuando los machos pueden consumir la fruta.



Así, parece que el único propósito de las hembras resulta conseguir alimento, y el de los machos consiste en esperar a que ellas lo encuentren, para poder reproducirse. Es curioso cómo dos especies tan emparentadas filogenéticamente tienen un comportamiento social tan diferentes. Es bien conocido que en un gran número de especies de mamíferos los machos pelean por las hembras, apareciendo un macho alfa que tiene derecho a reproducirse con todas las hembras (poligamia).

Todo esto abrió un debate en clase... ¿nosotros qué somos, monógamos o polígamos? ¿Nos parecemos a los orangutanes donde se da la poligamia, o más bien a los gibones monógamos? Quizás también haya quien prefiera vivir como los bonobos.

Según mi profesor (y creo que estoy de acuerdo con él), el ser humano (que comparte un 99% de su ADN con el chimpancé) por naturaleza es polígamo, pero en él reside la capacidad de elección entre la monogamia y la poligamia, la capacidad de controlar sus instintos sexuales (dejo a un lado casos aislados) y de decidir cómo llevar su vida, su orientación e identidad sexual (no hay que confundir una cosa con la otra).

Por supuesto que aquí cada uno tendrá su opinión, y me gustaría conocer la vuestra, si no es mucho pedir. Yo solo pretendía contar un caso que me pareció curioso y... ¿por qué no gracioso? Encontrar unos primates que viven sin conflictos, sin guerras, haciendo lo que les place, solo hay que ver las fotos.

Fuente: asignatura Métodos y técnicas en paleobiología, paleopatología y biología forense

3 comentarios:

Nixarim dijo...

cielos, has puesto una foto DEMASIADO explícita jejeje XD
la verdad es que mola mucho el modo de vida de estos primates... que lástima que nos parezcamos más a los chimpancés jejeje

Bocaseca woman dijo...

Debería haberle puesto un pixelado o una estrellita... :P

miquelet dijo...

Yo siempre he pensado que los humanos somos por naturaleza polígamos, pero culturalmente (al menos en culturas como la nuestra) somos monógamos. En varios momentos de nuestra vida muchos individuos se dejan llevar por sus instintos naturales y ahí es donde aparecen los cuernos.

Salud.